El Prado es una Esfera que se encuentra entre la Tercera y la Cuarta Esfera de Luz y tiene conexión con la Tierra. Aquí, el ser humano terrenal, después de salir del cuerpo, puede volver a ver a sus seres queridos fallecidos como espíritu y experimentar juntos la felicidad espiritual. El ser humano terrenal es ayudado en la salida del cuerpo por un espíritu de luz.
Esto ocurre durante el sueño y el ser humano lo experimentará como un sueño especial. Solo unos pocos son conscientes de la salida del cuerpo y la experiencia especial. Tal encuentro con un ser querido da al nes de nuevo la fuerza para seguir adelante y también para aprender a aceptar la pérdida.
-La Tierra Estival es la esfera donde puede estar el espíritu terrenal por la noche, habiéndose desdoblado, si se le concede como una gracia de Dios. En la Tierra Estival se encuentra entonces con los seres queridos que se le adelantaron y se carga de nuevas fuerzas para regresar después, más fuerte de espíritu, en su cuerpo material.
Una mirada en el más allá – La Tierra Estival p.204
-Pero cuando se experimenta este ser uno, ocurre en sus sueños; algunos son conscientes, pero entre millones de almas no habrá más de una que posea estos dones, que hará que la conciencia de ambas sea perfecta.
-La “pradera” es como un sanatorio, donde el alma se hace con nuevas fuerzas para poder experimentar la vida material en todos los estadios de pena y dolor. No hay alma en la tierra que no haya estado allí, consciente o inconscientemente. Pero volvían a la tierra reanimadas, llenas de fuerzas espirituales, para aceptar lo que portan y descansa encima de sus hombros como causa y consecuencia.
– En la “pradera” la madre vuelve a encontrarse con su tesoro fallecido, el padre con su mujer, la hermana con su hermana, el hermano con su hermano, pero los amados se encuentran el uno al otro como almas gemelas y experimentan su felicidad espiritual. La “pradera” ayuda al hombre material a portar, sirve y da, brinda fuerza y ganas de vivir a lo que es la vida de Dios.
Entre la vida y la muerte – La “pradera” p.269, 270
Citas de los libros de Jozef Rulof