Lecciones

31.10 Dante Alighieri (1265-1321), junto con su ángel de la guarda Virgilio, visitó los mundos astrales después de la muerte

 

Dante Alighieri (1265-1321) fue un filósofo moral, poeta y escritor italiano. Era capaz de salir de su cuerpo y, guiado por el espíritu de Virgilio, un poeta romano ya fallecido, visitaba los mundos después de la muerte. Describió las experiencias de estos viajes en sus libros. Su obra principal es La Divina Comedia. Se trata de un poema en tres partes sobre un viaje por el más allá, desde el Infierno (Inferno), pasando por el Purgatorio (Purgatorio) hasta el Paraíso (Paradiso) y se considera un hito de la literatura universal.

– ¿Conoció el Buda esto? ¿Darwin? ¿Dante? Sí, Dante salió de su organismo, vio algo del mundo astral, pero nada de las leyes espirituales, o te habría dado algo muy diferente; por la sabiduría se puede constatar la conciencia de los profetas.

Jeus de madre Crisje Parte 3 – Jeus vive milagros espirituales p.206

– En esos infiernos conviven todos los magos de la tierra, se encuentran allí todos los grados y tipos. Son diablos. Se me concedió seguirlos allí y mi maestro me aclaraba todos esos tipos de personas.
—¿Lo vivió igual que Dante? —Algo así, pero un poco más; Dante vio unas cuantas escenas, pero nada más.
El hombre reflexiona y se siente turbado. Responde: —Es usted un ser humano extraordinario.
—Eso no exactamente, mi buen hombre, todo es tan sencillo, pero Occidente todavía tiene que despertar para eso. Soy un instrumento común y corriente que tiene que recibirlo todo, por mí mismo no tengo nada. Pero conozco los infiernos y los cielos mejor que la vida en la tierra, todavía no he visto nada de este hermoso mundo.

Dones espirituales – La clarividencia material p.263, 264

Fuentes: Wikipedia

Fuentes: Citas de los libros de Jozef Rulof

Nota: 
Las esferas oscuras, o más bien mundos de lo inconsciente, constituyen el infierno en el Más Allá. Pero las personas (espíritus) que viven en ellos no tienen por qué permanecer allí para siempre, ya que un día también alcanzarán los reinos superiores, pues Dios no condena a nadie. Ningún hijo de Dios está perdido.