El ser humano nace de la energía Divina. El núcleo del alma humana es la chispa Divina. A través de la evolución, el ser humano como alma, personalidad y sentimiento adquirirá un día la conciencia Divina.
Para ello, el ser humano tiene que dominar todo el universo visible e invisible y las leyes cósmicas. En el proceso, todo lo que el ser humano ha hecho mal, tendrá que hacerlo bien de nuevo. Las leyes del Karma y de Causa y Efecto guían este proceso. Al final, el ser humano alcanza el Omnigrado Divino y entonces volverá a ser como Dios. Todo lo que alguna vez nació de la Omnifuente evolucionará y un día regresará a esta fuente.
– O sea, André: morir y nacer, hacer la transición y volver a la fuente divina vale para todos estos cuerpos inmensos, pero también para el insecto más pequeño que se conozca en la tierra. Si esto es así, pues, y ha sido determinado en el universo, ¿sientes entonces que hay una sola fuerza que lo domina todo? ¿Sientes que tenemos que inclinarnos profundamente ante Dios, que nos dio todo esto? ¿Sientes que es una gracia inmensa que volvamos a Dios?
El origen del universo – El segundo grado cósmico p.139 (OR.3559.3562)
– Mira hacia arriba y abajo, a la izquierda y a la derecha, ve las estrellas y los planetas, y ve todo lo que vive en el universo e imagina entonces los mundos invisibles que el ser humano llegará a conocer. Todo esto es Dios. Los seres humanos tenemos que llegar a conocerlo y asimilarlo. Pero ¿acaso no vale la pena vivir para eso y entregarte por completo? Se lo tienen que ganar los seres humanos y lo tienen que aceptar con todo su amor, porque es la voluntad de Dios, por eso somos divinos. Dios se reveló en el ser humano y en todo lo que vive, pero el ser humano destruyó esta vida. Así se creó otro estado, para él tinieblas y frío, pena y dolor, y Dios no lo quiso, pero sabía que Sus hijos se olvidarían. El ser humano se haría consciente y hacen falta millones de vidas para alcanzar el grado más elevado de todos.
El origen del universo – El origen del infierno p.249, 250 (OR.6597.6604)
– Por más profundo que sea todo, todo, todos esos milagros son sencillez, porque Dios es sencillez y amor. Cuando el ser humano sienta eso, lo conmoverá muchísimo, y “esto” es amor. Porque todo vibra de amor, irradia luz como un sol y es fuerza de amor, nada más que eso, una fuerza que algún día todos nosotros poseeremos.
Entonces nuestra irradiación envolverá a miles de personas y todo lo que vive en nuestro entorno. Entonces nosotros mismos seremos soles, seres luminosos, como es el universo, y seremos como Dios.
El origen del universo – Alcar contesta las preguntas de André p.111 (OR.2773.2777)
Citas de los libros de Jozef Rulof