El ser humano nace de Dios. Dios es vida, es armonía, es Amor.
El alma humana como chispa, personalidad y sentimiento y tiene que desarrollarse a través de la evolución de tal manera que un día entre en armonía con la Omnialma Divina. Entonces el alma ha vuelto al Omnigrado Divino.
El sentimiento y la personalidad deben evolucionar en el Amor.
– El ser humano sigue un largo camino, porque hacen falta billones de años para alcanzar la vida divina. Pero no te puedes imaginar lo que posee entonces. Algún día, André, lo que has vivido será nuestra posesión.
Esto ha sido el propósito de la creación entera. Dios se dio a sí mismo. Dios dio estos dones divinos al ser humano, el ser más elevado. Dios realizó algo en que Él mismo vivía. Ahora es cosa del ser humano encargarse de estar en armonía.
El origen del universo – Hacia el primer grado cósmico p.92 (OR.2292.2299)
– Cuando Dios se dividió a sí mismo, cuando se regaló a sí mismo, cuando se dividió en millones de partículas de las que fuimos creciendo los seres humanos, esto ocurrió con un fin determinado. Dios quiso que nosotros, Su Vida, siguiéramos una evolución tras otra, que viviéramos un grado tras otro para asimilar Sus leyes sagradas. Era Su voluntad que tomáramos conciencia de toda Su creación.
Para hacérnoslo posible nos creó, hombre y mujer, a Su imagen. Depuso Su núcleo divino en el hombre y en la mujer, Su propia sintonización, Su sentimiento divino. Puso Su universo en sus manos, el universo material y astral. En ellos tomó forma y conciencia el milagro que es Dios.
Los pueblos de la tierra contemplados por el otro lado – Al originarse la humanidad p.35 (PE.138.144)
Citas de los libros de Jozef Rulof