Todo lo que nuestra alma ha acumulado en términos de experiencia y sentimientos en todas las vidas anteriores está almacenado en nuestro subconsciente. La fuente de nuestros sentimientos somos nosotros mismos, que somos la suma de todas nuestras experiencias en nuestras vidas pasadas.
Por ello, nos hemos convertido en lo que somos ahora, sentimos lo que podemos sentir ahora con nuestra conciencia diurna.
Cada persona tiene unos sentimientos propios y únicos, construidos a través de experiencias en vidas pasadas. Esto, a su vez, hace que cada uno de nosotros sea diferente de los demás seres humanos.
Nuestra alma contiene nuestra vida emocional reencarnada, que se toma con cada nueva vida.
Sin embargo, esto ocurre gradualmente. Cuando el alma desciende al interior del óvulo fecundado, la conciencia aún no está en su plenitud, por lo que el delicado fruto no puede dañarse. A medida que el cuerpo crece, la conciencia se despierta gradualmente.
– La vida del alma vuelve a la vida embrionaria. También sabemos que esta vida interior ya ha vivido y que allí ha asimilado varias características. Aun así, y este es el milagro que quería aclararte, la vida interior conserva todos los rasgos que asimiló en todos esos siglos. Todos ellos están presentes en la vida del alma y despertarán conforme va creciendo el organismo material.
El origen del universo p.239, 240 (OR.6326.6329)
– Y cuando el hombre en la tierra se pregunta: “¿Cómo he conseguido todos esos rasgos?”, entonces es que la vida los asimiló en vidas anteriores, y todo ello con el objeto de despertar espiritualmente. Sabemos que uno tiene que asimilar todo viviéndolo y aprendiéndolo, y que uno, además, tiene que aceptar que no es posible hacerse con todos estos rasgos en una reducida y corta vida terrenal. El alma requiere para ello miles de años, y ¿qué son mil años de este lado?
El ciclo del alma p.288 (CY.10294.10296)
Citas de los libros de Jozef Rulof