Los sentimientos son invisibles. Los sentimientos de los demás los recibe nuestra alma en el llamado plexo solar. Este plexo solar, también llamado centro nervioso, está situado a la altura de nuestro estómago, justo debajo del diafragma. Nuestra vida emocional y nuestro centro nervioso están directamente conectados con nuestra alma. Nuestra alma impulsa los sentimientos desde este centro nervioso a través de los nervios hasta el cerebro. En el centro nervioso, el alma percibe lo que la otra persona tiene que decir.
Por tanto, no en el cerebro, como sigue afirmando la ciencia.
Cuando los sonidos han llegado a nuestro plexo solar a través de los oídos, el cerebro y el sistema nervioso, podemos determinar qué significan estas palabras para nosotros y qué queremos responder a ellas percibiendo nuestra vida emocional almacenada. Todos conocemos el fenómeno de que, cuando sentimos sentimientos fuertes como la ira y el miedo, se nos encoge el estómago. En realidad, ésta es la reacción de nuestra vida emocional en nuestro centro nervioso. También sentimos un sentimiento profundo como el amor en nuestro estómago o centro nervioso. Así que, a través de nuestro centro nervioso o plexo solar, sentimos lo que nos transmiten los sentimientos de los demás y podemos dejar que nuestros propios sentimientos hablen por sí mismos.
– Pero nos nutrimos de la vida para dar forma a los sentimientos, es el plexo solar, aquí, debajo del estómago, desde donde pensamos y sentimos y actuamos.
Preguntas y respuestas 3 – Noche del jueves 12 de junio de 1952 p.392 (Q3.13026)
– Es decir: ojalá hubiera dejado que hablara mi plexo solar, mi esencia. Pero aprendí algo y ese algo no estuvo jamás de los jamases sintonizado con las cuestiones, las leyes, los espacios de aquel y aquella que me crearon, y a quienes tengo que representar para y por todo sin excepción.
Conferencias 2 p.288 (L2.7942.7943)
– Ya te hablé alguna vez de nuestro centro vital o plexo solar. Pues nuestro centro vital está directamente conectado con el sistema nervioso. Cuando los seres humanos en la tierra pensamos y sentimos, el sistema nervioso procesa nuestras vivencias, y estas impresiones llegan a su destino, en este caso al cerebro.
Las enfermedades mentales contempladas desde el otro lado p.226, 227 (ME.7991.7993)
Citas de los libros de Jozef Rulof
Vea también: https://rulof.es/Plexo-solar.html