Lecciones

39.7 Qué ocurre en la pérdida de memoria por shock

 

Lo que los humanos llamamos memoria es, en realidad, la parte de información almacenada en nuestro subconsciente de la que podemos darnos cuenta en nuestra conciencia diurna. Por lo tanto, la pérdida de memoria no significa que el recuerdo haya desaparecido, sino que existe un trastorno en el cerebro o los nervios que impide que la conciencia diurna recupere la información.

– Y es posible que un ser humano pierda la memoria por un choque o una caída y deje de vivir en la conciencia diurna existente. De modo que ese choque habría preparado algo por el que quedan anulados sus sentimientos. Eso no es pérdida de memoria, pero es cuando aparece un trastorno en el pensamiento normal, natural, espiritual, que desde el centro de los sentimientos, el plexo de los sentimientos, el plexo solar… atraviesa el cuerpo por encima de la espalda y regresa y atraviesa el cerebro, y de pronto eso ya no puede seguir porque allí se ha descompuesto, se ha desequilibrado algo. ¿Entienden? Y entonces el ser humano ya no puede pensar y dicen: “No, ya no lo sé”. Sí que conservan el habla, porque eso permanece. Pensar, sí, no… Y a eso se añade algo extraño, algo raro, y lo han vivido los médicos, dijeron… “Sí”, dice, “entonces empecé a hablar sobre las vacas que yo tenía, y estuve allí, allí y allí, en mi entorno: ya, pero ya no vivo aquí, ya no vivo aquí”. Entonces esa gente dijo: “¿Lo ves? Ha desaparecido la memoria”. Entonces el ser humano se encontró decididamente, y de pronto, por un shock, por ese choque, en la reencarnación, la vida anterior. No entendían nada de eso. Ha pasado muchas veces, señor. ¿Ha quedado claro?

– Claro, ahora puedo continuar siguiendo esos fenómenos, pero ya ni siquiera hace falta, porque este es el núcleo. Así que por el choque usted puede perder realmente la memoria, eso es sentir y pensar con la conciencia diurna, porque usted desde…, porque no por medio… en esa máquina se ha roto una plumita, un pequeño engranaje, y entonces no puede seguir pensando, así que se queda detenido en algún sitio. ¿Dónde está usted? Encima de su vida anterior, solo allí.

– Dice: “Sí, estoy, he aprendido a hablar, eso sigue, todavía puedes pensar”. Dice: “El pensamiento continúa”. Sí, pero ahora ese pensamiento ya no atraviesa el cerebro, esa fuente, sino que parte directamente de los sentimientos, y en eso instante el erudito, el médico, podría haber dicho: “Dios mío, Dios mío, ese ser humano piensa sin cerebro”. Se busca con rapidez una vía y continúa.

Preguntas y respuestas 3 p.78, 79  (Q3.1903.1925)

Citas de los libros de Jozef Rulof