Durante el funcionamiento diario, experimentamos muchas impresiones y sentimientos. Necesitamos poder desahogarlos durante el sueño, pues de lo contrario nuestro cuerpo material se derrumbaría.
Cuando nos vamos a dormir, nos desprendemos gradualmente de nuestra conciencia diurna y cada vez somos menos conscientes de lo que nos rodea hasta que nos quedamos profundamente dormidos.
Durante el sueño profundo, las experiencias diurnas se almacenan en nuestro subconsciente. Allí, estos sentimientos se suman a la enorme reserva de todas nuestras experiencias de todas nuestras vidas, que llamamos subconsciente.
Cuando estamos despiertos y pensamos conscientemente, no podemos soltar las impresiones y experiencias y aferrarnos a ellas. Soltar y hundir nuestras experiencias sólo puede ocurrir durante el sueño. Nuestra personalidad está entonces dormida y sólo entonces puede liberar estas experiencias.
Citas de los libros de Jozef Rulof
– Los primeros tres grados de tu sueño sirven de presueño, todavía no estás dormido, pues todavía tienes que cruzar el umbral del cuarto grado.
Dones espirituales p.358 (SP.9672)
– Cuando estés listo con eso, tu conciencia descenderá en la vida del alma y la vestidura material será sometida al sueño.
El cuerpo humano y espiritual es hondo, ambos son poderosos, pero uno depende del otro; sin embargo, la vida del alma domina en todo al organismo material en la tierra. Dirige y guía y lo mantiene intacto, porque el organismo material vive por medio de nuestra vida interior.
El origen del universo p.194 (OR.5046.5048)
– Si el ser humano no pudiera desahogarse en el sueño, el sistema corporal material desfallecería, entonces ese reloj se atascaría irremediablemente. Tendría entonces que procesar un exceso ¡y eso no se puede!
Dones espirituales p.362 (SP.9783.9784)
– Nuevamente: el alma tiene que desahogarse mientras duerme, o el cuerpo material sucumbiría. ¡De esto se encargó la naturaleza! Entonces el niño sucumbiría ya a la edad de un año, debido a que la vida del alma no podría cargar más con las experiencias vividas.
Dones espirituales p.362,363 (SP.9791.9793)