Durante los tres primeros grados del sueño, la vida interior aún no se ha liberado del cuerpo material y el sistema nervioso sigue respondiendo a los estímulos internos y externos. Ésta es la conciencia semidespierta. El verdadero sueño profundo requiere la transición al cuarto grado. Sólo aquí puede retirarse del cuerpo material la conciencia de los sentimientos. El sentimiento pasa entonces al cuerpo espiritual. La vida interior tiene que procesar la conciencia diurna durante el sueño. Y cuando eso no ocurre, por la mañana estás muerto de cansancio.
Si esto ocurre estructuralmente, el sistema nervioso se sobrecarga y puede manifestarse en todo tipo de dolencias.
En los niños, a veces ocurre que duermen demasiado rápido en el cuarto grado de sueño. Entonces no sienten las señales del cuerpo de que tienen que orinar, lo que provoca que se orinen en la cama.
Citas de los libros de Jozef Rulof
– La vida interior tiene que procesar la conciencia diurna durante el sueño. Y si esto no ocurre, por la mañana estás exhausto. Entonces la vida del alma no ha podido desahogarse. En este estado el alma sigue siendo demasiado activa. Este desahogarse es una ley corporal de la que nuevamente la ciencia no sabe nada y que tú seguro tampoco entenderás …
– Si el ser humano no pudiera desahogarse en el sueño, el sistema corporal material desfallecería, entonces ese reloj se atascaría irremediablemente. Tendría entonces que procesar un exceso ¡y eso no se puede!
Dones espirituales p.362 (SP.9778.9784)
– Quien no esté, pues, en el cuarto (grado de) sueño no puede desahogarse y por tanto el alma conserva toda su carga del día e irrita el sistema nervioso que de por sí ya está cansado y los trastornos materiales te lo hacen saber.
– Tu subconsciente capta toda esa sobrecarga y por eso el alma llega a liberarse por completo de su propia carga, o estaríamos ante el derrumbamiento. Por eso tus neurólogos no pueden constatar esos trastornos de lo más sencillos, por más erudito que sea su comportamiento. Tienen que descender en ese subconsciente si quieren hacer un diagnóstico claro y constatar en dónde reside la verdadera presión. El alma lo tiene en sus manos
Dones espirituales p.363 (SP.9799, SP.9804.9807)
– En los primeros tres grados la vida del alma todavía domina los sistemas materiales. Niños que sí podían experimentar el tercer grado no orinarían en la cama, para ellos el cuarto grado vuelve a ser demasiado profundo y el interior no siente la presión material del agua en el esfínter o nervio, y el agua sale. El tercer grado despertaba ahora el alma, la personalidad tiene que reaccionar y esto evita que moje la cama. Aun así muchos niños siguen despertándose y eso es debido, nuevamente, a la sensibilidad del sistema nervioso y de la vida interior, a la personalidad.
Dones espirituales p.361 (SP.9755.9758)