Inicialmente, el rostro del niño en el útero está moldeado por sus propios sentimientos. Además, influye la conexión kármica de sentimientos con los padres. Cuanto más fuerte sea la relación kármica, más se parecerá el niño a este progenitor. Ciertas características materiales de la familia del padre o de la madre también pueden manifestarse en el rostro. Joseph Rulof lo denomina fenómeno sanguíneo. En nuestra época, hablamos más bien de características del ADN
-Así que los sentimientos —de eso acabamos de hablar— crean y alumbran el rostro.
-Se parece a la madre o al padre, pero ustedes crean y dan a luz al rostro.
Preguntas y respuestas 2 – Noche del jueves 31 de enero de 1952 p.333
-Y tienen el ojo humano paternal y el ojo maternal. Y si quieren saber dónde vive el ojo materno, y lo es para el padre, pues, siempre es en el lado izquierdo, en el lado de su corazón, porque allí vive la maternidad.
Conferencias 2 – La paternidad y la maternidad para el universo p.62
-Y ahora tenemos —se lo he contado aquí— que el bisabuelo se manifiesta en el rostro de este hijo. Y ahora resulta que no se parece a la madre, puede haber atraído a la criatura espiritualmente, siempre hay un núcleo de los dos, pero es algo que es demasiado débil para que se pueda ver, y ahora es espiritual, es decir: aquí lo que habla en el rostro son los sentimientos. Y eso, pues, es de ella. Pero el bisabuelo se ha manifestado ahora como materia en esta criatura de usted
-Pero ahora resulta que hay alguien que nace con el pelo rojo; y ambos padres son oscuros.
Es un fenómeno sanguíneo común y corriente, pero tiene que ver a su vez con su propia rama, digamos, con su propia familia. Y si retroceden mucho, tal vez se encuentren en la jungla un pelirrojo de esos. Y dirá usted: “Ah, sí, antes no había entre nosotros más que pelirrojos.
Preguntas y respuestas 2 – Noche del jueves 31 de enero de 1952 p.32
Citas de los libros de Jozef Rulof